miércoles, 1 de noviembre de 2017

La oblada

Aprovecho este día de Todos los Santos, ya en su tramo final, para evocar una tradición de nuestro pueblo que, a buen seguro, la mayoría de los que visitamos este blog recordamos. Quién de vosotros no recuerda “LA OBLADA”. Era un pan que cada feligrés llevaba a la iglesia, como ofrenda a los difuntos, el día de los Santos y que también estaba presente en la misa del día siguiente, día de Los Difuntos. Luego el sacristán o el cura (en mi época lo hacía D. Manuel) lo llevaba a su casa, lo troceaba y repartía entre la chiquillería, que por entonces no era poca. ¿Cuántos recordáis todavía su sabor?! Y eso que se trataba sólo de un trozo de pan! Muchas veces me he preguntado si serían “tantas bendiciones” lo que cambiaría su sabor, lo cierto es que estaba muy bueno y que ninguno perdonaba el trozo que le correspondía.

Y, puestos a evocar este día, seguro que todos los de Quintanilla conservan en su cabeza el “toque de difuntos” que durante todo el mes de noviembre nos ofrecía mi tío Sine(al parecer antes lo hizo Ángel Relea) y que, durante unos minutos, nos hacía temblar de miedo y llenaba el aire de tristeza.

Hoy estas costumbres, como tantas otras, ya sólo están en nuestro recuerdo, en el que espero permanezca.


Raquel

Fuente: https://quintanilladonsona.blogspot.com.es/2011/11/la-oblada.html

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